29/1/13

El Nouveau Château de Alan Pardew

Pocas veces una victoria acarrea críticas negativas. Y eso sucede con menos frecuencia aún cuando esas críticas proceden de una persona completamente ajena al partido en cuestión. ¿Quién le iba a decir a Arsène Wenger, tras cosechar un importante triunfo por 0-1 en el Santiago Bernabéu en la ida de los octavos de final de la Champions League del año 2006, que ese partido suscitaría la crítica de uno de sus compañeros de profesión en la Premier League?

Pues bien, el susodicho objetor fue Alan Pardew, por aquel entonces entrenador del West Ham y actualmente en el banquillo del Newcastle. Un blog de aficionados de 'Las Urracas' ( www.nufcblog.org ) rescata las declaraciones que Pardew realizó a raíz de la citada victoria del Arsenal en Madrid. Sus objeciones hacían referencia a la alineación desplegada por los 'Gunners' esa noche, en la que no se encontraba ningún jugador inglés. Pardew mencionaba un titular en el que aparecía el Arsenal como 'equipo bandera' británico y ponía en cuestión ese término "británico". A pesar de reconocer la contribución que habían hecho a la Premier tanto los jugadores como los entrenadores extranjeros, el entrenador nacido en Wimbledon defendía la importancia de que los equipos de la Premier League, especialmente los mejores clubes, no podían olvidarse de los jugadores ingleses. Se permitió, incluso, ponerse como ejemplo de referencia, hablando del orgullo que le producía al West Ham tener tantos jugadores ingleses y asegurando que ello no cambiaría, al menos mientras él permaneciera en el cargo. ¿Qué pensará ahora el bueno de Pardew sobre esto?

El Newcastle, decimosexto clasificado de la Premier League tras 23 jornadas disputadas, a tan solo dos puntos de los puestos de descenso, ha necesitado del mercado invernal de fichajes para tener la repercusión que no ha sabido ganarse en competición. Cinco han sido los movimientos que se han producido en el club del Saint James' Park: la sonada salida de Demba Ba al Chelsea por 8'5 millones de euros y las llegadas de Haïdara ( 2,5 M), Gouffran ( 4 M), Yanga-Mbiwa ( 8 M) y Debuchy (6,2 M), todos ellos procedentes de diferentes clubes de la Ligue 1 francesa y de idéntica nacionalidad, bien por nacimiento o por nacionalización. Pero todavía hay más. Poco más de dos años lleva Pardew al frente del Newcastle, y resulta curioso echar un ojo a las incorporaciones que el club ha realizado desde su llegada:

Datos obtenidos en www.soccerway.com

Tan solo dos jugadores de nacionalidad inglesa fichados durante la estancia de Pardew al frente, que muy poco, o más bien nada, han entrado en los planes del de Wimbledon. Para aportar más datos, la relación de los minutos disputados por los 21 jugadores más utilizados en estas dos últimas temporadas, ordenados de mayor a menor participación.



Únicamente tres jugadores ingleses entre los once más frecuentes en el equipo de Pardew. Danny Simpson y  Mike James Williamson repiten 'galardón', al menos hasta estas alturas de temporada, mientras que James Perch entra en ese 'Top 11' en detrimento de Ryan Taylor, cuya participación en el equipo se ha visto truncada por una lesión. Un total de diez jugadores ingleses figuran en la primera plantilla del Newcastle esta temporada 2012/2013 , casualmente el mismo número que de jugadores franceses tras las recientes incorporaciones. Es cierto que Pardew está sabiendo explotar a la perfección uno de los mercados  más rentables en cuanto a la relación calidad-precio como es la Ligue 1 -algo que él mismo ya ha experimentado con Cabaye y Ben Arfa, en quienes el conjunto inglés invirtió cinco y seis millones de euros respectivamente-
pero no es menos cierto hablar de lo llamativo de este asunto tras rescatar esas declaraciones de Pardew. Desconozco si este interés del entrenador por los futbolistas de nacionalidad/habla francesa es algo personal o si es pura casualidad que se hayan juntado bajo su tutela catorce jugadores que tienen el francés como lengua materna. De la misma forma, desconozco si esas críticas hacia Wenger respondían a una cuestión personal contra el entrenador del Arsenal o es que, simplemente, el entrenador inglés ha olvidado repentinamente esa filosofía que proclamaba orgulloso años atrás. Casualidad, ajuste a unas necesidades o hipocresía. El caso es que ya hay quien habla de Nouveau Château para referirse a este Newcastle de Alan Pardew. Y no les falta razón.

Una posible alineación del Newcastle, repleta de franceses a excepción de la portería.
Fotografía obtenida en el twitter @fkhanage

16/1/13

Aranda: el fútbol como vía de escape


Carlos Reina Aranda, conocido por todos como Aranda y fácil de distinguir por su 'peinado'. A los ojos de la mayoría, un jugador más, uno de tantos que pasan por nuestra primera división, sin hacer demasiado ruido. De los que en futuro hablaremos como "un jugador normalito" y que incluso algunos ni recordarán. Es probable, incluso comprensible, que por méritos puramente futbolísticos, muchos olviden su nombre con el paso de los años. En cambio, su historia, no encaja dentro de esa normalidad.

Por todos son conocidas las historias -más o menos duras- que narran la infancia de aquellos que hoy en día ocupan los escalones más altos en la esfera mediática del fútbol. Véase los casos de Ibrahimovic, Balotelli o Cristiano, de quienes fácilmente podemos encontrar reportajes que tratan de acercarnos a su pasado antes de convertirse en estrellas. Sin embargo, la de Aranda, es una historia peculiar.

Criado en la barriada malagueña de El Palo, Aranda (27 de julio de 1980) encontró en el balón ese compañero con el que evadirse del difícil entorno que le rodeaba. Según él mismo contó hace años en unas declaraciones para El País, su padre abandonó a su familia cuando el apenas era un crío y su madre Nina, que había tenido problemas con las drogas, falleció a causa de un cáncer. Esto provocó que el pequeño Aranda creciera bajo la tutela de sus abuelos, y con la siempre atenta mirada de sus tíos maternos hacia él, a quienes reconoce el mérito de haber conducido su vida hacia el fútbol.

Las palabras del propio Aranda nos hacen darnos cuenta de la dimensión que el fútbol alcanzó en su infancia: "nunca pedí dinero a nadie, iba a pescar pulpos para vendérselos luego a los restaurantes". Todo lo hacía, dice el malagueño, "para comprarme unas botas y un balón". Sin embargo, el pequeño Aranda creció, y, con la adolescencia, sus intereses cambiaron. "Robé una moto para [vendiéndola] comprar unas gafas surferas para mi novia. Un amigo le hizo el puente y, cuando iba a arrancarla, llegó la policía. Mi primer robo y... pillado. Mi compinche estaba a mi lado, pero asumí solo lo ocurrido. No le delaté".

Por si todo lo anteriormente contado sobre su vida era poco, a ello hay que sumarle algo más. En un encuentro con sus amigos de la infancia, Aranda presenció cómo uno de ellos mató a navajazos a otro chico del grupo. "Era un gafe que siempre iba de cuchillo por ahí. Se mosqueó porque mi amigo le separó de una pelea y lo pagó con él. Yo estaba allí cuando mató a mi compañero. Está en la cárcel. Pero, como era menor, en cinco años saldrá otra vez. La mayoría de mis amigos acabó en la prisión".

Pero a Aranda, la suerte le debía una, y tuvo la fortuna de encontrar en el fútbol una vía de escape a todos esos problemas. Tras finalizar un partido con su club, El Palo, Aranda tuvo un encuentro con un desconocido que cambiaría el rumbo de su vida. Aquel desconocido resultó ser Vicente del Bosque, por aquel entonces director general de la cantera del Real Madrid.

Aranda hablaba de Vicente con emoción, en un tono agradecido: "Aguantó mucho mis travesuras. Yo era un bala perdida en una ciudad grande y quería volver a mi playa. No cumplía las ordenes. Pero echaba a otros jugadores, no a mí". Y es que Vicente tomó la decisión de dejarle seguir en la cantera blanca, algo que recordaba orgulloso: "Me enteré después de que había robado una moto, pero decidí mantenerle en la cantera del Madrid porque, si le hubiéramos echado, quizá habría sido un delincuente". Parece ser que, para Del Bosque, Aranda no era uno más: "Ganamos a un gran futbolista y salvamos a una persona maravillosa. La cantera madridista no es sólo para los chicos rubios y guapos. Era muy travieso. Le dejé bien claro que el Madrid no es una fabrica de vagos. Como huía de la escuela, le pusimos un profesor particular en la Ciudad Deportiva".

Y parece que el delantero malagueño supo responder con acierto a esa atención recibida, llegando a disputar cerca de 130 partidos con la camiseta blanca en todas las categorías, en los que logró anotar 66 goles. Tal fue su impacto inicial que llegó incluso a gozar de algunos minutos en Champions con el Real Madrid en 1999 y 2001, frente al Molde noruego y al Lokomotiv de Moscú respectivamente.

Actualmente, Aranda es noticia por la tensión que ha generado en Zaragoza su decisión de abandonar el club. El jugador parece tenerlo claro, quiere jugar en Granada, para poder así estar cerca de su familia, debido a la reciente pérdida de su abuela. Hay ocasiones en las que el contexto resulta determinante en la toma de decisiones y ésta es una de ellas.

Aranda no será recordado por ser de esos jugadores que ocupan cada semana las portadas de los medios. Es más que probable que ni tan siquiera los aficionados de algunos de los equipos para los que ha jugado a lo largo de su carrera guarden de él un recuerdo especial en lo que al aspecto puramente futbolístico se refiere. Sin embargo, en Soria sí dejó huella.

Para terminar esta entrada, me gustaría dejar algunos resúmenes de partidos que Aranda disputó con el Numancia en nuestra última temporada en Primera División (2008/2009), en la que el delantero anotó seis goles en 20 encuentros, y que le llevó a firmar por Osasuna, dejando en las arcas numantinas 1,2 millones de euros aproximadamente. En su comunicado de despedida queda reflejado el cariño mutuo entre el jugador y la afición rojilla.