Roberto Di Matteo también sabe lo que es llegar a una final continental a costa del Barcelona y celebrarlo en territorio culé. Tras el denominado por el propio Mourinho "escándalo de Stamford Bridge", Barcelona y Chelsea volvían a verse las caras en unas semis de Champions League, esta vez con distinto resultado. Al igual que el Inter, el conjunto inglés obtuvo un resultado positivo en la ida (1-0) y Di Matteo no dudó en plantar el autobús en el Camp Nou. Los londinenses sabían que en el Camp Nou 90 minuti también son molto longo y más aún si a Terry le da por autoexpulsarse en el minuto 40. Sin embargo, el Barcelona no supo aprovechar las numerosas ocasiones de las que dispuso -penalti incluido- y, esta vez sin aspersores, los aficionados culés vieron festejar a otro equipo el pase a la final. Casualidad o no, tanto Inter como Chelsea lograron finalmente levantar la orejuda y ambos lo hicieron frente al Bayern de Múnich -equipo que dirigirá Guardiola a partir de la temporada que viene-.
Para estas hazañas, Mourinho y Di Matteo optaron por un sistema que parece que se le ha atragantado al Barcelona, ya sea con Guardiola, Vilanova o Roura al frente. Con la defensa replegada a distintas alturas -más arriba la del Real Madrid que la del Chelsea- ambos conjuntos dispusieron de dos líneas muy juntas, formadas por cuatro defensas y cinco centrocampistas, que apenas permitían a los atacantes culés recibir en zonas de peligro. A esta estructura se suma la defensa por simple acumulación que nos ha dejado imágenes como las de la segunda captura.
Acumulación de jugadores en defensa |
En lo que respecta al tema de las bandas, se ha comentado mucho que los rivales del Barcelona ceden por completo los carriles exteriores ante la tendencia de los culés de jugar por el centro, exceptuando las llegadas de sus laterales. Sin embargo, analizando las fases defensivas de estos rivales se observa con facilidad que esta creencia es errónea. Es cierto que los laterales tratan de abandonar su posición lo menos posible, pero ello no quiere decir que las bandas queden libres. Ya se habló en su día de la labor de Eto'o como lateral derecho en la vuelta del Barcelona-Inter de Milán y su trabajo no pasó desapercibido a los ojos de otros entrenadores, pues tanto Di Matteo como Allegri han repetido la fórmula. Jordi Alba ha sido uno de los fichajes más rentables del Barcelona últimamente, pero su profundidad en ataque se paga cara. Tener dos laterales tan ofensivos como son él y Alves hace que los centrales blaugranas queden muy desprotegidos, algo que se apreció a la perfección en el partido frente al Real Madrid, en el que Piqué y Puyol se midieron en 1x1 contra los atacantes blancos en numerosas ocasiones.
Defensa en dos líneas: 4-5 // Defensa por acumulación |
Boateng y El Shaarawy actuando como laterales. |
No está atravesando un buen momento el Barcelona y son muchos los que achacan las últimas derrotas a la ausencia de Tito Vilanova. Es curioso, pues cuando el equipo ganaba nadie hablaba de ello. Será normal, supongo. Lo que no sería normal es que este equipo cayese en octavos de final frente a este Milan en una eliminatoria en la que, para muchos, la duda estaba en cuántos le caerían a los italianos. Pese a tener la liga en el bolsillo, quedar apeados de la máxima competición continental a estas alturas sería un fracaso mayúsculo. La exigencia será máxima, pero se cuenta con un punto a favor: se conoce el contexto. El déjà vu planea sobre Barcelona. ¿Durará sólo los 90 minutos de juego o se extenderá también a una hipotética celebración de los italianos? El Camp Nou dictará sentencia.
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